Cold War’s Phantom is back!
Después de un par de semanas de dilatadas sonrisas y buenos propósitos, el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, ha anunciado hoy el rearme a gran escala de las Fuerzas Armadas de su país prevista para 2011.
Ríos de tinta han corrido en los últimos días celebrando el buen clima de cooperación que se respiraba entre la administración estadounidense y Rusia después de que Barack Obama enviase una carta a Medvédev ofreciéndose a renunciar a activar su escudo antimisiles en Europa del Este bajo la condición de que Moscú se comprometiese a ayudar a frenar el programa nuclear iraní.
El Kremlin celebró esta acción, asegurando que es un gran paso en el avance en materia de desarme e instó a no dejar pasar la oportunidad de reiniciar sus relaciones con EEUU y de colaborar en el desarme multilateral y en el establecimiento de nuevos límites para la proliferación de armas de destrucción masiva.
Este acontecimiento ha sido ampliamente aplaudido por la comunidad internacional, no solamente por los potenciales avances en materia de desarme que conllevaría un acuerdo bilateral entre los dos países, sino también por las posibilidades de cooperación que se abrirían para aunar esfuerzos ante la situación en Oriente Medio.
Esta ha sido, por lo tanto, una decisión estratégica que podría ser muy beneficiosa para Estados Unidos ya que:
· Mejoría su imagen y la de su administración en la comunidad internacional y se posicionaría como una potencia abierta al diálogo y comprometida con la promoción de la paz y la cooperación multilateral.
· Avanzaría en su relación con el Kremlin, muy perjudicada tras el conflicto del la guerra del Caúcaso entre Georgia y Rusia y tras la decisión de la administración Bush de instalar un escudo antimisiles en Polonia y la República Checa.
· Evitaría elevar los presupuestos de defensa en un momento en el que la recesión y la caída del modelo capitalista requieren un gran esfuerzo económico. El tratado para la reducción de armas nucleares START vence el próximo diciembre y esta sería la oportunidad idónea para hacer un recorte de proporciones históricas de los arsenales atómicos.
Por su parte, Rusia sería la gran beneficiada de un acuerdo de estas características ya que supondría la liberación de la amenaza que conlleva para su país la instalación por parte de EEUU de misiles interceptores en Polonia y de una estación de radar en la República Checa. De hecho, Rusia ha declarado que este proyecto erosiona la estabilidad estratégica y desequilibra el régimen de contrapesos que garantiza la paridad global. Ésta es también la opinión de algunos de los críticos del acuerdo bilateral entre las dos potencias ya que defienden un escenario internacional bipolar como única solución para mantener el balance ideológico en el planeta.
Es posible además que Rusia pudiese llegar a un acuerdo sin tener que abandonar la colaboración con Teherán en la esfera de la energía atómica, siempre que continuase presionando al gobierno iraní para impedir que se convierta en una potencia nuclear.
Es por todo ello que resulta cuanto menos chocante que Rusia haya decidido anunciar hoy el rearme. ¿O es que quizás se busca de nuevo una economía del rearme para salir de esta crisis como ocurrió en la IIGM?